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Actualidad del CES Vasco
viernes, 29 abril 2016

La Memoria de 2015 revela una evolución favorable en los indicadores de privación de las familias de la CAPV, en línea con la tendencia general observada en la UE. No obstante, el riesgo de pobreza y exclusión afecta todavía al 15,3% de la población, unas 340.000 personas.

LAS CONDICIONES DE VIDA EN LA CAPV: AVANCE MEMORIA SOCIOECONÓMICA 2015

Como resultado de la crisis, el número de ciudadanas/os de la UE en riesgo de pobreza o exclusión ha crecido de manera importante en los últimos años y alcanzó su máximo en 2012, pero en 2013 comenzó la recuperación de los niveles de bienestar, y parece afianzarse en 2014, último año para el que se dispone de información. El riesgo de pobreza o exclusión afecta al 24,4% de los europeo o, lo que es lo mismo, a 121,9 millones de personas, según los criterios fijados en la Estrategia Europa 2020, en la conocida como “Tasa AROPE” (population at risk of poverty and exclusion).

CONDICIONES DE VIDA EN LA CAPV. INDICADORES DE REFERENCIA “EUROPA 2020”

 

CAPV

ESTADO

2014

UE 28

2014

2009

2014

TASA “AROPE”

14,8

15,3

29,2

24,4

  •  % población por debajo del umbral de la pobreza (60% mediana) – pobreza monetaria

10,0

10,2

22,2

17,2

  •  Privación material severa

3,4

4,8

7,1

8,9

  •  Intensidad laboral baja

5,5

12,2

17,1

11,1

Fuentes: EUROSTAT e INE.


De igual modo, en la CAPV el riesgo de pobreza y exclusión afecta al 15,3% de la población o, lo que es lo mismo, a unas 340.000 personas, y esta incidencia -relativamente baja en la UE y comparable a la de países como Suecia, Finlandia o la República Checa- ha caído punto y medio respecto de 2013.

Asimismo, la “Encuesta de Condiciones de Vida” del INE revela una evolución favorable en los indicadores de privación de las familias de la CAPV, en línea con la tendencia general observada en la UE: Se ha reducido el porcentaje de aquellas que no pueden permitirse una semana de vacaciones en el año (pasa del 26% en 2013 al 24,6% en 2014), el de las que deben afrontar retrasos en el pago de los gastos que genera la vivienda (del 5 al 4,4%), o el de las que se declaran incapaces de afrontar gastos imprevistos ( del 24,2 al 20,5%).  Asimismo, la Encuesta de Condiciones de Vida detecta una caída del 7,9% en 2013 al 7,3% en 2014 del porcentaje de hogares afectados por la pobreza energética (no pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada). Ahora bien, se ha mantenido invariable, y alarmantemente elevada, la proporción de familias vascas que aún sufre dificultades para llegar a fin de mes (50,4%).

Además, las rentas, tanto de los hogares como per cápita, han continuado cayendo en 2014, aunque a menor ritmo que años precedentes, y en menor medida que en el conjunto del Estado:

  • La renta media por hogar percibida en 2013 era, en la CAPV, de 34.240 euros (un 0,7% menos que en el año anterior), mientras que en el Estado cae un 2,3%. Además, la Encuesta cifra la renta media por persona en la CAPV en 14.281 euros al año (un 0,2% menos que un año atrás, mientras que en el Estado cae un 3,2%, hasta los 10.391€).
  • Si tenemos en cuenta lo ocurrido en el período 2008-2014, se tiene que desde el inicio de la crisis, los hogares de la CAPV han perdido, en promedio, un 5,2% de su renta, mientras que en el conjunto del Estado la pérdida ha sido del 9,1%. No obstante, la evolución de la renta media personal durante este mismo período ha sido positiva en la CAPV (+1,7%), mientras que en el promedio estatal se ha reducido un 3,2%.

A pesar de la tendencia general favorable, los indicadores de desigualdad que maneja la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales (EPDS) del Gobierno Vasco detectan un aumento de la desigualdad en Euskadi, habiéndose perdido desde el comienzo de la crisis los avances en la distribución de la renta de los años de bonanza anteriores (se trata, en todo caso, de niveles de desigualdad de rentas relativamente reducidos, tanto en el contexto del Estado como Europeo):

  • El Índice de Gini[1] había venido cayendo hasta 2008 (alcanzando un mínimo de 25,2 en ese año) y se había mantenido relativamente estable en los primeros años de la crisis (entre 2008 y 2012 apenas aumenta una décima), pero entre 2012 y 2014 crece significativamente, del 25,3 al 27,1. Con este resultado se retorna a la situación de desigualdad del año 2000 (27,3).
  • La ratio que relaciona los ingresos del 20% más rico de la población de la CAPV con los correspondientes al 20% más desfavorecido (S80/S20) se redujo de 4,2 en 1996 a 3,6 en 2008, para aumentar ligeramente a 3,7 en 2012 y de forma más destacada en 2014 alcanzando en ese año el 4,2. Se trata, en este caso, a un dato similar al que se dio en los años 1996 y 2000.
  • La dinámica más preocupante corresponde, a juicio de la EPDS, al indicador relativo a la parte del total de ingresos de la población que corresponde al 10% de personas con menos recursos de la CAPV. Después de avanzar del 3,55% de 2000 al 3,88% de 2008, el indicador cae al 3,75% en 2012 y al 3,41% en 2014. Se trata, así, del peor dato registrado desde 1996.

En otro orden de cosas, esta Memoria ha estudiado el fenómeno de la exclusión residencial,  que aunque no se trata de un fenómeno nuevo, se ha puesto de actualidad con la crisis económica, hasta el punto de que la Unión Europea lo ha reconocido como una prioridad en la agenda política ligada a la lucha contra la pobreza y la exclusión social, en el marco de la Estrategia Europea 2020.

Al objeto de cuantificar el número de personas en exclusión residencial grave que residen en la CAPV, conocer sus características sociodemográficas más importantes y sus condiciones de vida y trayectorias vitales, el Gobierno Vasco elaboró en 2014 el “II Estudio sobre la situación de las personas en situación de exclusión residencial grave en la CAPV”, cuyos principales resultados son:

  • De las casi 2.000 personas sin hogar estudiadas, el 77,8% son hombres y el 20,4% son mujeres. Más de la mitad de las personas identificadas tenía nacionalidad extranjera (54,7%), y la edad media era de 37 años (el 40% tenía menos de 35).
  • El 59,9% había nacido en el extranjero, el 28% en la CAPV y el 12% restante en otras comunidades autónomas del Estado. En cuanto a la procedencia geográfica de las personas de origen extranjero, más de la mitad procedían del Magreb (50,5%), sobre todo de Marruecos (43,9% de las personas extranjeras sin hogar).
  • Más de la mitad de las personas entrevistadas carecía de estudios (14%) o sólo tenía estudios primarios (44%), y sólo el 6% trabajaba de forma estable y regular. Además, la mayor parte de las trayectorias laborales estaban marcadas por la precariedad, ya que el 40% de las personas entrevistadas trabajaban o habían trabajado con un contrato temporal, mientras que una de cada cuatro (el 26,5%) lo había hecho sin contrato.
  • Una cuestión de singular importancia, entre la información suministrada por estas personas, es la que alude a las causas subjetivas que han provocado las situaciones de sinhogarismo. De las personas que contestaron a esta pregunta, más de la mitad de ellas mencionó los problemas económicos como la principal o una de las principales causas de su actual situación (54,8%). Tres de cada diez citaron, además, los problemas laborales (30%) y una de cada cuatro afirma que han sido los problemas familiares y de pareja los que han dado lugar a la situación de sinhogarismo (24%).
  • Respecto del anterior estudio, realizado en 2012, se detecta un aumento del peso relativo de las mujeres, mientras que ha disminuido el de la población de origen extranjero. Asimismo, se aprecia un ligero aumento de la edad media de las personas identificadas, como consecuencia de la disminución del peso relativo de la población más joven, procedente del extranjero en mayor medida.

[1] El Índice de Gini mide hasta qué punto la distribución del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa, de modo que un índice de 0 representa una equidad perfecta, mientras que un índice de 100 representa una inequidad perfecta.